
A ella le gustaba tanto la cocina que dormía con ella en su cama matrimonial. Como su pareja no cabía, ella lo obligaba a dormir dentro del horno. A él no le gustaba mucho la idea, pero cedía porque la amaba y pensaba que de eso se trataba el amor. Pasaron cinco años y tres días hasta que ella conoció la cocina por micro ondas. Él no se podía adaptar a las nuevas medidas de su amor, pero una vez que se quebró las rodillas, todo cerró más fácil y fueron felices para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario